- La demanda externa mantiene el impulso y aporta dos puntos al crecimiento, mientras que la demanda nacional resta 3,6 puntos
- El consumo tiende a estabilizarse y la inversión en bienes de equipo crece por segundo trimestre consecutivo
- La destrucción de empleo frena medio punto el descenso, hasta el 0,5%, en un contexto de moderación salarial y de los precios
- La economía registra una capacidad de financiación del 2,7% del PIB, frente a una necesidad del 1% el pasado año
Según los resultados de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR), publicados por el INE, el PIB en volumen, corregido de calendario y estacionalidad, registró en el segundo trimestre una tasa intertrimestral del -0,1%. Esta caída es tres décimas inferior a la del primer trimestre del año. En términos interanuales, el PIB disminuyó un 1,6%, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior. En la zona euro el crecimiento intertrimestral fue del 0,3%.
La demanda externa neta continuó su evolución positiva, con una aportación de dos puntos porcentuales a la tasa interanual del PIB, inferior en seis décimas a la del primer trimestre. En cambio, la demanda nacional restó 3,6 puntos al crecimiento, un punto menos que de enero a marzo.
La aportación positiva de la demanda externa neta al crecimiento fue consecuencia del fuerte incremento de las exportaciones, cuya tasa interanual se situó en el 9,2%, superior en 5,6 puntos a la del trimestre precedente. Las importaciones aumentaron en menor medida, un 3,1% interanual, frente a la caída del 4,8% del trimestre anterior.
En términos intertrimestrales, las exportaciones se incrementaron un 6% y de ellas, las de bienes crecieron un 6,9% y las de servicios, un 4%. Las importaciones tuvieron un comportamiento expansivo, con un aumento del 5,9%, más intenso en el caso de las importaciones de bienes (6,3%) que en las de los servicios (4,5%).
Entre los componentes de la demanda nacional, destaca la moderación del ritmo de caída del gasto en consumo final de hogares en cuatro décimas, hasta el -0,1% intertrimestral. La formación bruta de capital fijo, por su parte, se contrajo seis décimas más, hasta el -2,1%. Este mayor debilitamiento fue debido a la inversión en construcción, que intensificó ocho décimas su contracción, hasta el -4,5%, y a la inversión en activos fijos inmateriales, que cayó también un 4,5% después de avanzar un 5,5% en el primer trimestre. Por el contrario, la inversión en equipo crece por segundo trimestre consecutivo, un 2,9% intertrimestral (0,8% en el primer trimestre). Por su parte, la tasa intertrimestral del consumo de las Administraciones Públicas se situó en el 0,9%, frente a la variación nula del trimestre anterior.
Desde el lado de la oferta, todas las principales ramas de actividad mejoraron en términos intertrimestrales excepto la construcción que intensificó dos puntos y medio el ritmo de caída, hasta el -3,1%. Los servicios repuntaron ligeramente hasta presentar una tasa positiva del 0,2% (-0,3% en el primer trimestre) y la industria registró una variación nula respecto al trimestre previo tras retroceder tres trimestres consecutivos. La rama agraria, por su parte, atenuó una décima su descenso hasta el -1,4%.
La tasa interanual del deflactor del PIB alcanza el 0,7% en tasa anual, dos décimas por debajo de la registrada en el trimestre previo. Esta reducción se debe a la desaceleración del deflactor del consumo, que creció el 1%, tres décimas menos que en el trimestre precedente y a la caída del de las exportaciones (0,5%). El de las importaciones, por su parte, descendió con mayor intensidad hasta el -2,2%, mientras que el de la formación bruta de capital fijo mantuvo su caída en el 3,7%.
El ritmo de destrucción de empleo equivalente a tiempo completo se moderó en el segundo trimestre medio punto en términos intertrimestrales, hasta el -0,5% y siete décimas, hasta el -3,8% interanual, en un contexto de moderación salarial y de precios. Como consecuencia de la evolución del PIB y el empleo, la productividad por ocupado se desaceleró cuatro décimas en tasa anual, hasta el 2,2%. Como la remuneración por asalariado redujo dos décimas su ritmo de descenso hasta el -0,1%, los costes laborales unitarios cayeron un 2,3%, frente al 2,9% del trimestre anterior. El excedente bruto de la economía se desaceleró 2,7 puntos porcentuales respecto al primer trimestre.
La economía española presentó una capacidad de financiación de 7.051 millones de euros en el segundo trimestre del año, frente a la necesidad de financiación del trimestre anterior. En términos del PIB nominal, supone una capacidad de financiación aproximada del 2,7% del PIB trimestral, que representa una sustancial corrección en comparación con la necesidad de financiación del 1% del PIB del segundo trimestre de 2012.
Por último, el INE publicó el pasado martes la revisión de la Contabilidad Nacional Anual (CNA) relativa al periodo 2009-2012, siendo el dato más destacable la revisión a la baja del crecimiento en volumen del PIB de los años 2012 (dos décimas), 2011 (tres décimas) y 2009 (una décima), mientras que revisó 2010 una décima al alza. Esta revisión periódica de la CNA es práctica habitual de las oficinas estadísticas tanto en España como en el resto de países de la Unión Europea. Los datos publicados hoy y que incluyen el segundo trimestre de 2013 ya incorporan esta revisión.
Los resultados de la Contabilidad Nacional del segundo trimestre se encuentran en la línea con los avanzados. Confirman la inflexión en la evolución cíclica de la economía española, de modo que pueden esperarse tasas de crecimiento trimestrales positivas en la segunda parte del año. En paralelo, se ha registrado una moderación en la destrucción de empleo, en consonancia con la EPA del segundo trimestre. Igualmente, se ha profundizado en la corrección de los desequilibrios externos de la economía, tanto en el saldo por cuenta corriente, como en la capacidad de financiación frente al exterior, gracias en parte al fuerte crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios. Esto a su vez refleja correcciones de desequilibrios internos, entre los que destacan las ganancias acumuladas de competitividad, lo que afianza las bases de la recuperación esperada para los próximos trimestres.